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LASCOSASDEMIVIDA

MIS PENSAMIENTOS

¿ POR QUÉ MIENTE LA GENTE ?



Son muchas las situaciones en las que ocultamos la verdad. Más a menudo de lo que imaginamos. Ignacio Mendiola, sociólogo profesor de la Universidad del País Vasco y autor del libro Elogio de la mentira (Lengua de Trapo ed.) recuerda: "Se trata de una practica cotidiana. Lo queramos o no. Pese a la condena moral, es un hecho incuestionable. Lo necesitamos para vivir. Es imprescindible. Siempre hay un elemento de fi cción cuando contamos la realidad a alguien. La mentira, de alguna manera, es un refugio y un lubricante de las relaciones humanas".

Según una encuesta llevada a cabo por el rotativo británico Daily Mail,con un promedio de cuatro por día, serían unas 100.000 las mentiras que pronunciaremos a lo largo de nuestra vida.

¿Por qué no decimos la verdad? Se miente para eludir responsabilidades, para obtener cierto placer, ya que el mentiroso se siente más listo que los demás; por inseguridad y desconfi anza en nuestra capacidad de ser aceptados como somos; para evitar un castigo; para acercarnos a nuestro interlocutor; para sentir que controlamos la situación. Desde un punto de vista fi siológico, correr cierto riesgo de ser descubierto favorece la aparición de adrenalina (y un subidón por no tener que afrontar la situación que se ha evitado con la mentira). Asimismo, se produce un cambio del tono de voz, dilatación de las pupilas, se tiende a evitar la mirada de la persona que tenemos en frente, el cuerpo se vuelve algo más rígido.

El psicólogo de la Universidad de Massachusetts Robert Feldman cree que la mentira está relacionada con la falta de autoconfianza. "En cuanto la gente ve su autoestima amenazada, empieza a ocultar la verdad". Su estudio comprobó que el 60% de los encuestados mintió por lo menos una vez en una conversación de diez minutos. "El problema es que queremos mantener una imagen de nosotros mismos que encaje con la que los otros quisieran que tuviéramos. Queremos gustar", apunta. "Una de las claves es la tendencia a centrarse en el corto plazo. El mentiroso salva su propia imagen en ese momento, pese a que el engaño pueda ser destapado el futuro", alerta Jennifer Argo, de la Unversidad de Albert. Por supuesto, hay los que se jactan de no mentir nunca. Por ética, pero también por miedo, por pereza (hay que saber gestionar una mentira en el tiempo), por orgullo (los que presumen de ser honestos). Pero decir una mentira no es necesariamente una prueba de debilidad, sino todo lo contrario. Sin la posibilidad de mentir la humanidad no hubiera nunca conocido la cultura, que es en cierto modo una forma de no resignación a la realidad. Andrea Tagliacarne, profesor de Filosofía de la Universidad San Raffaele de Milán y autor del libro Filosofi a della bugia (Mondadori ed.) [ Filosofía de la mentira]: recuerda que "para mentir se precisa inteligencia. De entrada, supone el conocimiento de la verdad. Luego, la mentira tiene una estructura más compleja, de tipo teatral. Supone entender la expectativa de quien la escucha, entrar en la mente del interlocutor". En este sentido, el mentiroso no sólo es un expositor de hechos, sino un creador. Mentira viene del latín mens, mente.

Son numerosos los intelectuales que han defendido la mentira. Para Platón, "mentir de forma consciente y voluntariamente tiene más valor que decir la verdad de forma involuntaria". Los griegos elogiaban los mentirosos: Ulises fue incluso alabado por los dioses por ello. Maquiavelo sostenía que la mentira era legítima para fi nes políticos. Leo Strauss hizo hincapié en la necesidad de mentir para defender una posición estratégica o ayudar a la diplomacia. Y Nietzsche sostenía que el intelecto, como medio de conservación del individuo, despliega sus fuerzas en la fi cción. La literatura, de alguna manera, también es una mentira. El escritor Javier Marías en una ocasión subrayó la "imposibilidad de contar nada acaecido, real de manera absolutamente segura, veraz, objetiva, completa y defi nitiva".



Hay circunstancias en las que mentir es tolerado por la comunidad. Como si la sociedad apreciara este esfuerzo. Pongamos el caso del vendedor de coches: para promocionar su vehículo, exagerará algunas virtudes del producto. Pero no hay obligación legal de decir exactamente la verdad (lo mismo ocurre con la publicidad), salvo los casos manifi estos de fraude. Hasta se podría decir que quien sabe mentir mejor es el que tendrá más éxito, porque conseguirá que se lleve a cabo la venta.

Hay veces en que no decir la verdad no sólo no está mal visto, sino que es aconsejable. Algunas mentiras preservan nuestra intimidad, del dolor, e incluso de la muerte. Son las mentiras blancas. En ciertas circunstancias, fuera del ámbito ético, la mentira tiene que valorarse en lo que es útil y ventajoso para la vida. Por ejemplo, cuando un individuo esconde en casa a un fugitivo objeto de persecuciones raciales. O cuando se oculta a una persona a punto de morir una trágica noticia sobre un pariente. Es emblemático Roberto Benigni en la película La vida es bella:miente a su hijo pequeño sobre la realidad del campo de concentración al contarle que se trata de un juego. "En estos casos la persona no está en condiciones de decir la verdad, que resultaría insoportable de escuchar para el otro", dice Maria Bettetini, autora del libro Breve historia de la mentira(Cátedra Ed.). Este dilema moral ha dado lugar a un amplio debate. Algunos pensadores de la edad media sostenían que incluso en estos ejemplos extremos habría que callarse, hacer como si no entendiéramos, recurrir a la astucia. Kant decía que hay que decir siempre la verdad, por miedo a romper el consenso social. Pero a partir del siglo XIX empezó a verse la mentira como mal menor. "Cuando se traiciona la realidad, es porque uno se ve capaz de aguantar este peso. Sólo confi esan los que ya no pueden vivir con este secreto" dice Bettetini. Paradójicamente, en estos casos, decir la verdad se convierte en una muestra de debilidad.

Y por supuesto, mentimos por amor. Como canta Joaquin Sabina: "Y así fue como aprendí que en historias de dos conviene a veces mentir, que ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor".


Pero es cierto que no decir la verdad conlleva consecuencias. Según el psicólogo clínico del Centro Ramon Llull de Zaragoza José Luis Catalán, "la mentira tiene un efecto colateral, siempre. Las relaciones personales empiezan a envenenarse". En particular, cuando el mentiroso se convierte en compulsivo empiezan los problemas. "Vive un trastorno de ansiedad. Cuantas más mentiras, más ansias. Como el cleptómano que roba sin necesidad, los que padecen esta patología no dicen la verdad por hábito. El enfermo ya no es capaz de distinguir la realidad". Cita casos que ha tratado, como un hombre que se casó decenas de veces por el dinero de sus esposas. "Para mentir tanto y que no se note hay que hacer lo mismo que un actor que representa a un personaje y quiere resultar creíble, hasta el punto de que se confunde y se olvida de quién es realmente", afi rma este psicólogo. Cuando la costumbre a mentir acaba en patología, la distinción entre realidad y mentira se diluye. El mentiroso acaba creyéndose sus delirios. Como el Valmont en Las amistades peligrosas,que de tanto fi ngir estar enamorado, se enamora de verdad. En el peor de los casos, los recuerdos incluso empiezan a fallar y engañan: es la memoria falsa. Uno empieza a creer que las cosas fueron como las contó y no como ocurrieron. Como explica Tagliapietra, "quien tiene poca memoria se olvida de la verdad, pero nunca de las mentiras". Esta es la pura verdad.

JP : Si estás dispuesto a mentir, será por algo no ?

LAS MUJERES BERMEANAS...

Francamente, no hay cosa mejor...no sé cómo definirlas : geniales, extrovertidas, dominantes, dulces, alegres,risueñas. Jamás pensé que pudiera conocer a mujeres así, son a mí lo que las sirenas al marinero. Lógicamente hay muchas y variadas, pero francamente creo que conocí a la mejor...

Su fuerza, su vitalidad, su alegría de vivir, su carácter,su sencillez,se contagian...tienen algo especial y no sé ni cómo explicarlo. He conocido muchas mujeres en mi vida y nunca he conocido un " grupo de mujeres " tan maravillosamente especial.

Mujeres y señoras de pies a cabeza, con estilo, con orgullo de sus raíces, con amor a los suyos y a su familia,con pasión por su gente y su pueblo y talentosas...sus caricias  me dejan  hipnotizado, con la mente en blanco y el corazón a tope!

Sin duda, lo mejor que me ha pasado en mi vida...

 

 

EL VALOR DE LAS PALABRAS...

 

 

Cuando palabras con valor se utilizan de forma recurrente acaban por no valer nada, por tanto, me sorprende cómo se malgastan algunas palabras...te quiero, lo siento mucho, pedir perdón, mi amor, eres el mejor y un largo etc.

 

¿ Entonces por qué lo hacemos ? Pues porque hubo un día en que funcionó y creemos que como un día funcionó, ese comportamiento se repetirá... así pues, no decimos algunas palabras valorando lo que significan, sino que las estamos “ utilizando “ con un objetivo : aprovecharnos de una reacción pasada satisfactoria para nosotros.

 

Ejemplos :

 

Te amo

 

Día 1

 

Chico : Te amo mi amor - él realmente lo siente y es la primera vez que se lo comunica -.

Chica : Le besa con pasión y se funden.

 

Día 2

 

Chico : Te amo  - él está pensando... a ver si me vuelve a besar y nos fundimos...-

Chica : Le besa, pero no se funden.

 

Día N

 

Chico : Te amo  - a ver si fusionamos, que llevamos una temporadita... -

Chica : Te he dicho mil veces que con ese trapo secamos los platos y  no es para limpiar - ni se acuerda del beso ni sabe nada de fusiones o adquisiciones-.

 

 

Lo siento

 

Día 1

 

Amigo 1 :  ¿Hola tío, me dejas el CD de U2 ?

Amigo 2 : Claro que sí.

 

Día 2

 

Amigo 2 : Te has grabado el CD ?

Amigo 1 : No tío lo siento, es que lo he perdido...pero te lo compraré -realmente lo siente-.

Amigo2 : No te preocupes, no pasa nada.

 

 

 

 

 

Día 3

 

Amigo 1 : Qué tal ? Me dejas tu videocámara, es que me voy a Egipto en Semana santa...

Amigo 2 : Sí hombre no hay problema  - ya no está  muy cómodo con la situación, pero es su amigo-.

 

Día 4 ( A la vuelta de Egipto )

 

Amigo 2 : A ver si quedamos para ver los vídeos del viaje – le importan tres, sólo quiere recuperar su puta videocámara-.

 

Amigo 1 : Ostia , precisamente quería hablar contigo de esto...es que en El Cairo me levantaron la videocámara....bla bla bla..Lo siento mucho, no te preocupes que te compraré una  - él piensa, ni de coña le compro a este una videocámara de 700 €-.

 

Amigo 2 : No te preocupes – él piensa, los cojones te vuelvo a dejar algo-

 

 

Moraleja : Antes de banalizar las palabras, piensa bien porqué las dices ¡!

MI NÚMERO PREFERIDO : EL 6

MI NÚMERO PREFERIDO : EL 6

Nunca he sabido qué significa tener un número preferido, pero el mío es el 6.

Según la numerología...representa :

El orden y es el número de la codificación y por lo tanto del derecho, así como de la justicia, ya que buscan siempre el equilibrio de los dos fieles de la balanza.

La idea:

 

Buscará la armonía en el hogar a través del matrimonio y la familia. Esta búsqueda de equilibrio hará que se sientan bien aceptando responsabilidades, sabiendo que el karma se genera en el 6 y se recoge en 8 (Interpretando el karma por las cuentas pendientes, o las obligaciones que rechazamos en algún momento y que al cabo del tiempo se manifiestan y la realidad nos las obliga a aceptar).

Es uno de los números perfectos, ya que descompuesto en sus múltiplos y sumado: 1 + 2 + 3 = 6 nos da él mismo. Este sentido explica la continua búsqueda de la armonía y perfección del 6.

La búsqueda de la belleza como expresión extrema del equilibrio de las partes.

También se refuerza su significado de equilibrio ya que se puede obtener sumando:

1 + 1 + 1 + 1 + 1 + 1 = 6 ó bien 2 + 2 + 2 = 6 ó también 3 + 3 = 6

De lo que deducimos que el número 6 es un número armónico, equilibrado y por lo tanto sin conflictos internos, buscando la verdad.

La imagen:

 

Es el símbolo de la ambivalencia y del equilibrio, representados por la unión de los cuatro elementos, fuego, aire, agua y tierra en el sello de Salomón, formado por dos triángulos superpuestos, que forman una figura con 6 vértices.

En este sentido indica el orden y el equilibrio que resultan de la perfecta fusión de los elementos de la naturaleza, circunstancia dada en los 6 días que duró la creación.

Moraleja : Sabes qué significa tu número preferido ?